2017-2007: una década de remesas de España
En 2017 las remesas de España crecen por tercer
año consecutivo

 Los últimos diez años han sido testigos de un cambio dramático en las remesas que envía España. Un
cambio que refleja el de su base demográfica, afectando al volumen y los destinos, en una tendencia que
continuará durante los próximos años.
Aunque la España de 2018 tiene más inmigrantes que la de 2008,
envia menos remesas y, sobre todo, las
envía de diferente manera
. Ahora el porcentaje de inmigrantes que remiten es menor porque algunas
nacionalidades se han arraigado en España y ya no envían, lo que se puede cuantificar con el número que
ha adquirido el pasaporte español. La prueba es que otras nacionalidades menos arraigadas, que conservan
su pasaporte de origen, mantienen sus remesas o incluso las incrementan.
T
ambien ha caído el volumen promedio de cada remesa, porque en los salarios percibidos por la población
inmigrante hoy faltan los picos que antes de la crisis marcaban sectores como la construcción y otros.
La
consecuencia de todo ello es que han cambiado los destinos de las remesas de España, que hoy están
menos vinculado con Iberoamérica.


Menos remesas
España envió remesas en 2017 por valor de 7.295 millones de euros, un 15% menos que los 8.448 millones
de euros enviados en 2007.  Esto supone más de una década de crisis, que pareció iniciar una recuperación
en 2011, para recaer hasta que en 2014 volvió a rebotar, esta vez de forma estable.

    Parece probable que la recuperación pueda
    prolongarse, pero no será un retorno a 2007
    en ningún caso ya que la base demográfica
    ha cambiado durante esta década. Ese
    cambio no se ha dado en su número, que ha
    crecido ligeramente en estos años, con 4,7
    millones de extranjeros empadronados en
    2017 frente a 4,5 millones en 2007. Tampoco
    hay grandes cambios en sus países de
    nacimiento, con el ranking de ambos años
    encabezado por Marruecos, Rumanía y
    Ecuador. Pero si lo hay en su arraigo en
    España. Al respecto, un indicador es el
    número de extranjeros que adquieren el
    pasaporte español: En 2007 apenas había
    900.000 personas nacidas en el extranjero
    con pasaporte español. Ahora hay más de 2,1
    millones de personas nacidas en el extranjero
    con pasaporte español, cuya propensión a
    remitir es menor que la de los inmigrantes que
    mantienen su nacionalidad de origen.
El motivo radica en que el cambio de nacionalidad facilita amplias reagrupaciones familiares lo que elimina el
principal determinante de la remesas, llamadas por la estadística tradicional “remesas familiares”. En todo
caso, posibilita la definitiva permanencia del inmigrante en el país de acogida, con el que se vincula con
mayor intensidad. La prueba de este impacto está en que caen más las remesas hacia los países de los
inmigrantes que se han nacionalizado.

Otros destinos
En otras palabras, los motivos de la caída de las remesas también han provocado un cambio en su
orientación geográfica. Mientras
América llegó a suponer el casi el 70% de las remesas enviadas por España
antes de la crisis,  éste continente sigue liderando el ranking pero con un porcentaje
muy inferior, que
apenas llega al 50%.
Es cierto que la caída se explica por la desaparición en del ranking de destinos de 2017 de países que eran
relevantes diez años atrás, como Uruguay o Argentina, cuya diáspora y remesas de 2007 obedecían a una
crisis económica concluida tiempo atrás. Algo que ocurre también en otras áreas geográficas, con ejemplos
como el de Filipinas. Estos países han sido reemplazados por otros que no estaban presentes en 2007, como
Honduras, pero con volúmenes menores, que no compensan los anteriores.
    Además, América pierde cuota por otro
    factor, que tiene que ver con la
    integración de sus inmigrantes cuyo
    vínculo con España es ahora mayor.
    Una forma de expresar esta situación
    es un menor envío de remesas. Se
    puede cuantificar el fenómeno
    analizando los principales destinos
    como Colombia, Ecuador o Bolivia, que
    recibieron en 2017 remesas que
    suponen una caída mínima del 40%
    desde su máximo histórico.
    Esta situación refleja el cambio
    cualitativo de la inmigración en España
    gracias a la rápida integración de los
    inmigrantes Iberoamericanos.
    Por ejemplo, de las 440.000 personas
    nacidas en Ecuador que están
    empadronadas en España, el 70%
    tiene hoy el pasaporte español,
    mientras que en 2007 solo lo tenía el
    4%. Lo mismo ocurre con los nacidos
    en Colombia, de los que hay 394.000 y
    el 57% tiene el pasaporte español,
    mientras que en 2007 solo lo tenía el
    11%. Bolivia cuenta con 255.000
    empadronados de los que hoy el 55%
    tiene el pasaporte español mientras
    que en el 2007 solo lo tenía un
    testimonial 2%.

 En comparación, en 2017 solo el 1% de los 599.000 nacidos en Rumania tiene pasaporte español o el 26%
de los nacidos en Marruecos. Precisamente estos países cuya población mantiene su nacionalidad de origen
marcaron en 2017 su récord histórico de remesas enviadas desde España.
Estos cambios están relacionados con la asimetría de la normativa para adquirir la nacionalidad española,
que en sus diversas modalidades privilegia a Iberoamérica tanto de forma directa como indirecta. El principal
impacto del cambio está en los países de destino, que ahora reciben aportes menores. Algo fácil de sentir a
pie de calle en países como
Bolivia en dónde las remesas de España llegaron a suponer el 10% del PIB en
2007
.

 En conjunto, las remesas de España siguen por debajo del nivel alcanzado en 2007. Pero el principal
cambio no está en su volumen, sino en sus destinos, lo que refleja cambios de calado en la población que las
envía. Cambios que responden a la normativa migratoria vigente en España.
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