Las remesas caen en el primer trimestre un 2,6% frente a 2007, pero hay un 10,8% más de inmigrantes ocupados----Actualizado 10-07-2008 La nueva política de información sobre remesas reduce su volumen El Banco de España acaba de estrenar su nueva política de información sobre remesas con los datos del primer trimestre de 2008. Esta nueva política consiste en ofrecer cuatro datos al año sobre las remesas enviadas desde el país, en lugar de mantener la serie mensual que venía ofreciendo. El cambio no solo se refiere a las cifrras de remesas sino a la totalidad de la balanza de pagos. Estos cuatro datos, cuya base es trimestral, se publican tres meses después de terminado el periodo de referencia. Esto supone no solo menos información, sino con mayor retraso, ya que la serie mensual en vigor se publicaba con un retraso de dos meses y medio con respecto al mes al que se referían. Este retraso de tres meses es inhabitual en la estadística española, que suele estar disponible al mes siguiente del periodo de referencia.
Los datos de este primer trimestre de 2008 señalan que las remesas emitidas por España entre enero y marzo ascendieron a 1.872 millones de euros, un 2,6% menos que el primer trimestre de 2007, dónde alcanzaron 1.923 millones. Se trata de la primera vez que la cifra de remesas cae en la presente década, pero resulta muy difícil encontrar un porqué a esta situación. El motivo es que el número de inmigrantes que trabajan en España se ha incrementado de forma sustancial entre el primer trimestre de 2007 y el de 2008. Según la EPA en un 10,85% y según las afiliaciones medias a la Seguridad Social en 162.464 extranjeros, o bien un 8,5%. Esto significa que las rentas del trabajo en manos de los inmigrantes se han incrementado sustancialmente entre el primer trimestre de 2007 y el de 2008. Por ello, las remesas potenciales se han incrementado en igual medida pero no así la contabilidad presentada por el Banco de España. ¿Porqué? El Banco de España no ha ofrecido una explicación al respecto de la situación que quizá preludie el inicio de una crisis severa para algunos países Iberoamericanos muy dependientes de las remesas de España.
La población inmigrante en España, responsable del envío de remesas, se ha incrementado en decenas de miles de personas entre el primer trimestre de 2007 y el de 2008, con alguna oscilación según la estadística que utilicemos. La más amplia es la que se deriva de la encuesta de población activa (EPA), que engloba tanto a los que trabajan regularmente como a los irregulares. En su última edición, del primer trimestre de 2008, había en España 2,941 millones de extranjeros que se declaraban ocupados, mientras que también había 0,504 millones que se declaraban parados. La cifra de ocupados crece en un 1,8% frente al último trimestre de 2007, con el que no es muy adecuado compararlo pues está afectado por factores estacionales, como la navidad. Frente al primer trimestre de 2007, el incremento es del 10,85%. Los parados se incrementan en un 23,7% frente al trimestre anterior y en un 31,4% frente al mismo del año anterior. Esto significa que se incrementa tanto el número de extranjeros que trabajan como el de los parados. Esto es posible por que existe un ingreso de inmigrantes nuevos al mercado desde sus países de origen, así como porque un número de inmigrantes abandona la condición de inactivo y se incorpora al mercado de trabajo. La EPA mide la totalidad del mercado de trabajo, tanto formal como informal. Es cierto que los trabajadores informales perciben salarios inferiores y, muy a menudo, irregulares. Por ello, su renta es menor que la de los demás trabajadores reduciendo su capacidad para el envío de remesas. Esto implica que un incremento de los trabajadores informales no tendría la misma repercusión en el envío de remesas que un incremento semejante entre trabajadores formales.
La siguiente fuente sobre el mercado de trabajo es la Seguridad Social, que mensualmente publica una estadística sobre el número de personas que están dadas de alta como trabajadores. Es decir, solo abarca a trabajadores formales. Esta estadística comenzó el año, en enero de 2008, con 2 millones justos de extranjeros inscritos y en Abril ya tenía 2,109, récord histórico, batido en Mayo con 2,145 millones. En tan solo los cinco primeros meses de 2008 se han inscrito en la Seguridad Social algo más 145.000 extranjeros adicionales. Esta cifra resalta frente a los 190.000 de todo 2007 o los 173.000 de todo 2006. Es decir, la dinámica es de incremento del número de inmigrantes inscritos, con mayor fuerza que el de inmigrantes que se declaran ocupados en la EPA. Comparando estos datos con los del primer trimestre de 2007 la diferencia es notable, pues el número medio de afiliados en el primer trimestre de 2007 fue de 1,879 millones, mientras que la media del primer trimestre de 2008 fue de 2,042. Es decir, en el primer trimestre de 2008 había inscritos en la Seguridad Social 162.218 extranjeros más, o bien el 8,5% Solo de forma indirecta es posible comparar los datos de la EPA con los de la afiliación a la Seguridad Social. El motivo es que la EPA se refiere al trimestre mientras que Seguridad Social es mensual. La media de los tres meses son 2,042 millones de trabajadores inscritos, frente a los 2,941 que se declaran ocupados en la EPA. Esto significa que hay, aproximadamente, novecientas mil personas que se declaran ocupadas, pero no están inscritas en la Seguridad Social. Esta discrepancia ha alcanzado un nivel récord en el primer trimestre del año, con los datos de la EPA representando un 44% más que los de la Seguridad Social. En el primer trimestre de 2006 la EPA solo era un 33% superior a los datos de la Seguridad Social.
El desempleo, finalmente, se incrementa entre extranjeros en cualquiera de sus categorías. Por ejemplo, el INEM afirma que en junio había un paro registrado entre los extranjeros de 258.800 personas. De estas, reciben prestaciones 168.748. Una cifra que en 2006 era de 63.650, y en 2007 se incrementó hasta 91.007. Si realizamos una estimación de la renta media de los inmigrantes en España es indudable que estos parados se incluirían con ingresos inferiores al resto, cero en algunos casos. Por ello, aunque la renta global de los inmigrantes se incremente frente a 2007, la media de esa renta podría reducirse. Ello puede conducir a pensar que las remesas medias deben de comportarse igual que la renta media. Algo que va en contra de lo que hasta el momento se consideraba pensando que las remesas son flujos esencialmente individuales. Se trata de envíos que los inmigrantes realizan en relación con su situación económica y, sobre todo, con las necesidades del receptor. Por ese motivo las remesas tienden a incrementarse en caso de crisis o catástrofe en el país receptor. En cambio, hasta el momento no se han presentado evidencias de que el inmigrante incremente sus remesas por que a otro inmigrante le vaya bien, o las reduzca porque le vaya mal.
De lo que no hay duda, es de que si el desempleo continúa incrementándose, la renta global de los inmigrantes se reducirá y con ella caerán las remesas. Algo inevitable si se intensifica la actual tendencia hacia la destrucción de empleo por la que parece deslizarse el mercado laboral español. Las consecuencias podrían ser críticas para economías como la boliviana, que muestra una notable dependencia de las remesas.